domingo, 12 de diciembre de 2010

Antiguos recuerdos

Durante toda la noche estuve siguiendo a esa luz hasta el amanecer. Sin darme cuenta, la luz me había arrastrado fuera del bosque, pero estaba desorientado por culpa de la oscuridad de la noche, los kilómetros recorridos y la espesa niebla que se había levantado. Anduve como pude hasta una explanada y al llegar... maldije a aquella luz,  me había llevado de vuelta al origen de mi alegría y mi desgracia, si, a la biblioteca, bueno, a lo que quedaba de ella. Allí en medio de lo que fue la sala central, encontré las sillas, aunque más envejecidas. Al ir acercándome ellas por entre las verdes columnas de mármol  que habían soportado el tejado de mi refugio pude ver en unas de las paredes escritas las siguientes palabras: " No huyas de tu pasado ni de tus problemas, enfréntate a ellos".
A continuación, no pude hacer otra cosa que sentarme en el suelo y reflexionar sobre ello, quizá reconstruya el refugio, o quizá lo dejé en ruinas, el tiempo lo dirá.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Objetivos futuros

Siguiendo mi camino hacía donde me lleve el destino, me dispongo a pararme a descansar un rato en un tocón situado en medio de un claro. Al mirar a mi alrededor, la luz crepuscular tiñe el cielo y los últimos rayos del carro de Apolo llegan a mi  marronoso iris. Al observar a mi alrededor puedo ver chopos en el  más exterior del claro, es decir, los primeros que puedo observar. Cuando más se adentra uno con la vista al bosque, empieza a observar robles, pinos, abetos,y muchos más que no puedo classificar. Al volver la vista a mis pertenencias veo que han desaparecido las sillas, horrorizado, nervioso y estupefacto me hallo, he perdido lo más valioso que tenía y delante de mis ojos que están empañados por las lágrimas del sufrimiento, la ira y la impotencia.
Me acerco al lugar donde las había dejado y solamente encuentro un trozo de metal, un chip supongo, es lo único que queda de la 1era silla, de las otras 2.... ni rastro, se evaporaron. En fin... cambio de planes, ya tengo un rumbo a seguir, encontrar las 2 sillas y al ladrón y...esa luz que se ve en el bosque y que se va alejando cada vez más, quizá me sirva como primera pista.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Generosidad artificial

-Parece mentira, otra vez me he dormido, y parece que durante mucho tiempo
-¿ Por que dices eso?
-Hombre, ¿no lo ves? está toda la ciudad está iluminada por esas malditas lucecillas, y el ambiente está cargado de ese apestoso olor a jengibre y ponche de huevo
-Ya empiezas de nuevo, eres un cascarrabias,¿ no puedes ser amable como el resto de gente?Mira, un hombre pidiendo, pobrecillo, va, voy a darle algo de dinero, que es navidad(con un tono afable y jovial)
-Si eso.... pobrecillo(y con un resoplido se le levanta el pelo de la frente) ya podrías ser igual de amable todos los días¿no?
-Aissh, calla, que cuando no es navidad voy muy ajetreado,además, mucho hago siendo amable una vez al año
-Viva la hipocresía....
-¿ehh? ¿has dicho algo?
-No, nada nada, anda, vamos a comprar los regalos de navidad(resoplido)

viernes, 3 de diciembre de 2010

Allá donde se quedó todo...

Bueno, creo conveniente pedir perdón( cosa rara en mi,¿ verdad?) por haber estado inactivo durante tiempo pero, que se podía esperar después del derrumbamiento de mi bonito refugio? Estuve andando durante mucho tiempo solo, llevando a cuestas aquellas 3 sillas que no dejaré por


nada del mundo. Al salir a la pradera por la puerta principal de mi biblioteca, pude apreciar durante unos pocos instantes antes de que el techo se hundiese, las paredes se resquebrajasen, los cristales de las ventanas petasen y todo quedase hecho un amasijo de polvo, roca y vidrio. Aquella noche, la Dama de la noche no se encontraba presente, por la cual estaba todo a oscuras. Anduve a tientas por aquel lugar hasta con una luz dar. Empecé a seguirla por entre los árboles del bosque, hasta llegar a un claro, donde me encontré con una puerta. La abrí con temor, bajo la atenta mirada de las criaturas nocturnas, pero no vi nada, entré por ella, y tras de mi se cerró. Un flash, una ceguera, y en unos instantes se iluminó la estancia, Decidí pasar allí la noche y, para mi sorpresa, al despertar, me hallaba a día de hoy. Pude saber del cambio ya que, al despertar, hacía mucho frío, demasiado, pero, por suerte, me desperté con un bonito sombrero, miro que aún tenga el diario, me vuelvo a cargar las sillas, y me dispongo a volver a andar, con una sonrisa, ya que, por suerte, he podido dejar a mis dos eternos rivales, tristeza y estres, atrás, ahora solo me falta esperar, que pueda ver aquel ángel que me salvó pronto, para poder darle las gracias y, darle una pequeña moneda que se le cayó, no se que valor, tiene, pero seguro que es inferior de 10, por lo que puedo llegar a observar en su superficie.